Entra el dragón.
Bajo sus garras la ciudad tiembla.
Los ojos llenos de un odio viejo,
que sabe a sangre vieja y
viejas muertes.
Entra el dragón,
no lo detienen. No saben cómo.
Tiembla la ciudad y quien cree gobernarla.
Las nubes se cierran al paso de la bestia
viene con la noche,
presagia un invierno en llamas.
Viene el dragón
nada lo para
se oyen sus pasos lentos,
como llega la noche,
como llega la venganza.
Entra el dragón
La ciudad tiembla,
como sintiendo cómo llega,
lentamente,
el final.