Está muriendo... Siente dolor,
menguan sus fuerzas, camina lento,
como sin rumbo...
Siente dolor... carga una sonda,
y carga también la historia,
por lo menos una parte
de la historia del Son...
Sus ojos pequeños buscan...
encuentran un requinto,
y sonríen...
Se llama Isidro Nieves, y según él mismo, es el último requintista de su generación vivo... Y pasan tres horas y no deja de tocar; la vida, con cada Son, vuelve a sus manos, y éstas se llenan de fuerza, y se vuelven rápidas...
Sus ojos se llenan de brillo y de pronto, en medio de un Son, se pierden en las llanuras del Sur, en los fandangos eternos de San Juan, y se cierran... Deja de estar entre nosotros y está realmente sano y feliz, y en sus manos está toda la música y él simplemente la deja ser... Uno no se atreve a hacer algún ruido que esté fuera de lugar, porque lo que está sucediendo ahí, es, simplemente, el Sur...
Excelente regreso maestro Albantro... como siempre regresa para erizarnos la piel con sus imagenes y narración, que chingón regreso!
ResponderEliminarCon sólo morarlo caminar en sentido opuesto a lo que conocemos como "la muerte", feliz de estar entre nosotros y compartiendo lo que mejor sabe hacer, dan ganas de seguir viviendo...
ResponderEliminarBello día el de las fotos...
Besos, Moreno
La Mar
Fe de erratas. Dice morarlo, debe decir mirarlo...
ResponderEliminarComo que siento los retratos muy distantes. Con poco involucramiento. Tal vez si hubieras aprovechado ese contraluz.
ResponderEliminarLunave: Gracias como siempre... Qué gusto que visite este espacio...
ResponderEliminarPrincesa: Si, dan ganas de seguir vivo cuando vemos tanta música salir de esas manos...
Maestro Limbo: Tienes razón... seguro que hubo mucho más que se hubiera podido hacer. De verdad muchas gracias...