Albantro

La primera vez que lo escuché fue en el walkman de "La vaca", un cuate que era muy metalero y con quien la verdad yo no compartía muchos gustos. A él le gustaban Transmetal, Cannibal Corpse, Kreator y Nuclear Assault, y yo la verdad no les entendía mucho. Mis ídolos en ese momento eran Megadeth, porque Metallica me había decepcionado un poco con su "Disco Negro".
Lo primero que me pasó fue impactarme porque su guitarra, a la hora de solear, sonaba muy limpia, como si no usara distorsión, cuando todos estaban en una carrera loca por el ruido. La canción era "Hollow", del Vulgar Display of Power. Phil Anselmo en esa canción canta bien loco.
Total, que empieza como una baladita y después del tercer minuto es la locura. Luego "La vaca" me dice que sólo son tres instrumentos, y trato de escuchar con más atención. Antes de la sección ruda de la canción, se puede apreciar uno de los solos de guitarra más bonitos del metal. Bien bluesero, bien armonioso, uno se engancha. Una pausa, y después la parte ruda. Gritos de Anselmo, y los clásicos ruidos de Dimebag Darrell. El ruido de la guitarra es como una fuerza de la naturaleza. Por supuesto que el bajo y la bataca son geniales, pero la guitarra en verdad parece cortarte las orejas.
Le pedí prestado el cassette a la Vaca, y me mandó a la chingada. A cambio de eso, me pasó una copia una semana después. "Walk". Y yo seguro de que no había otro guitarrista que tocara así.
Años después, fui a comprar el "Far Beyond Driven", y escucharlo era como un golpe en la cara. Ver una y otra vez el video de "5 minutes Alone" y convencerme que no importaba cuánto practicara, nunca podría tocar así. La sorpresa más grande de ese disco fue la versión del "Planet Caravan" de Black Sabbath, y el sólo jazzero con la guitarra completamente limpia que me dejó sin palabras.
Cuando me enteré de su muerte, ese cobarde asesinato, en verdad sentí que el mundo había perdido a uno de sus mejores guitarristas. Alguien con una dedicación impresionante al sonido de la guitarra y sus posibilidades. No he dejado de escucharlo, y cada vez que lo hago, siento un poco de nostalgia. Pero sobre todo, siento muchas ganas de ir a rascar mi guitarra y tratar de sentirme un poco como nos sentíamos mis cuates y yo en esos años, cuando todos queríamos ser "Dimebag".